El Día de todos los Santos, Fiesta de difuntos, Día de muertos, Samhain, Halloween… da igual el nombre que nos sea más familiar: es la época en la que los espíritus se hacen presentes en el mundo de los vivos. Fantasmas hay muchos: podemos verlos físicamente cada día, si pensamos un poco en nuestro entorno, pero esos son de carne y hueso (disculpad la licencia humorística). Este día es la fiesta de Los Otros, es el día en el que se honra a los espíritus del pasado, yendo a los cementerios o con planes más lúdicos.
Si te gustan los sustos de ambiente festivo de esta época, te proponemos planes para pasarlo de miedo.
¿Prefieres pasar la noche fuera de casa? Pues entonces puedes ir a alguna de las muchas fiestas que se celebran en tu ciudad, ir a cualquier bar o restaurante que seguramente estará ambientado de forma más o menos cutre, o incluso ir al cine. En ese último caso, Halloween es tu película. Michael Myers vuelve a la carga para atemorizar de nuevo a una Jamie Lee Curtis, ya curtida, que nos recuerda a una Sarah Connor preparada para la guerra. Mientras la ves, no olvides el café de calabaza de edición limitada de Starbucks o los donuts temáticos para la ocasión de Dunkin Donuts (no nos pagan por la publicidad, de verdad…). Un avituallamiento nada healthy pero molón.
También puedes apuntarte a las marchas zombies, ir a alguna ruta de fantasmas urbana, ver el Don Juan en Alcalá, si te gusta el teatro, o acudir a cualquier festividad de aparecidos (insistimos, de los incorpóreos) como el Festival de las Ánimas de Soria, o de cualquier otra ciudad o pueblo con larga tradición en celebraciones de este tipo.
Si por el contrario quieres quedarte en casa, puedes hacer tu propia fiesta (aunque prepárate para que la jornada posterior de limpieza sí que sea de miedo) y elaborar manjares como Huesos de Santo típicos o alguna de las recetas de Christine McConnell, cuya serie de curiosas, monstruosas y dulces creaciones puedes ver en Netflix.
¿Prefieres mantita y maratón de pelis o series? Las pelis de miedo clásico nunca fallan y respecto a series, desde hace unos días ya puedes ver una nueva versión de la bruja Sabrina, que además cuenta con cómic editado por Norma, si prefieres cambiar la versión televisiva por la lectura.
La serie, con maravillosa banda sonora, nos trae a una Sabrina encarnada por la hija de Los Draper de Mad Men junto a Miranda Otto o un «resucitado» Bronson Pinchot (te echábamos de menos, primo Balki).
Un buen libro a la luz de las velas, puede ser una opción fantástica también. Qué elegir ya es otro cantar. Son muchísimas las opciones: El Fantasma de Canterville, La mujer de blanco, Otra vuelta de tuerca, Para leer al anochecer o el maravilloso compendio publicado por Impedimenta en noviembre pasado: Damas Oscuras. Cuentos de fantasmas de escritoras victorianas eminentes. Una joya para pasar una velada escalofriante.
Si lo que te gustan son los cómics o libros ilustrados: Los pequeños macabros de Edward Gorey, Neil Gaiman y su Libro del cementerio, la versión ilustrada por Ana Juan de Carmilla, relato de Joseph Sheridan LeFanu, La adaptación al cómic de El Monte de las Ánimas, de Gustavo Adolfo Bécquer, realizado por David Rubin o En el País de las Sombras, de Mathis y Thierry Martin, del que ya hablamos hace unos meses por aquí, son algunas de las muchísimas opciones que podrían hacerte compañía en una noche tormentosa (en caso contrario, recurre a Rainy Mood), acompañado de una luz ténue.
¿Y qué tal si escuchas relatos clásicos de suspense y terror en versión radiofónica? Te recomiendamos un programa que es todo un clásico: Historias de Juan José Plans. Sumérgete en ellos en la oscuridad, y nos cuentas…
Aunque lo ideal, bien pensado, sería una buena ronda de historias de miedo entre amigos. Los sonidos crearían sugestión y risas, intentando averiguar cuáles son inventadas… ¿o quizá ninguna lo es?
Vista: una sombra tras la cortina.
Oído: el ulular del viento y un susurro.
Gusto: amargo.
Tacto: piedra fría.
Olfato: crisantemos.
BdP