Charlamos con Fernando Llor, guionista y coautor junto a Pablo Caballo del cómic «El Espíritu del Escorpión» (Evolution Comics – Panini), novela gráfica que cuenta cómo el genocida Radovan Kardzic masacró miles de víctimas en la guerra de Los Balcanes en los años 90, camuflado bajo la identidad de Dragan Dabic.
No quisimos perder la oportunidad de conocerle en la pasada edición de Héroes Cómic Con y preguntarle por su obra y la nominación a los «Eisner» españoles del cómic, los Premios Carlos Giménez, que este año celebraban su segunda edición.
Sensibvs: Antes de dedicarte al guión de cómic, habías intentado trabajar como guionista y director para el mundo audiovisual. ¿Por qué y cómo ocurre ese salto?
Fernando Llor: Yo estudié Imagen y Sonido, ciclo de Formación Profesional de Grado Superior y después me matriculé en una escuela de cine en Galicia. En esa escuela, me ofrecieron dar clases y allí estuve durante dos cursos. Cuando terminé, me di cuenta de que necesitaba ampliar más conocimiento y de que no había terminado de formarme del todo, entonces me vine a Madrid a estudiar a una escuela que se llamaba «La Factoría del Guión» que la dirige Pedro Loeb. Cuando terminé, veía la necesidad de poner de alguna manera mis proyectos en marcha mucho más rápido de lo que el audiovisual me permitía. Cuando escribes un guión para una película, te puedes tirar tres o cuatro años buscando financiación. Es un proceso muy largo, de llamar a mogollón de puertas, de estar buscando sponsor, de buscar becas, subvenciones. Es un proceso larguísimo. Entonces me dije: «bueno, ¿por qué no probar con el mundo del cómic, que es un mundo del que yo soy consumidor habitual?».
Yo leía mucho cómic, me compraba muchísimas grapas y tomos, leía mucho y me encantaba, pero nunca había probado, nunca había tenido ese rollo de decir: «¡Ah! ¿Y si hago un cómic?» y de repente me puse a ello. Esto fue mas o menos en 2011. Y ahí empecé.
Durante tres años, entre 2011 y 2014, que es cuando sale mi primer cómic publicado, creo que preparé unos quince proyectos diferentes de cómic con dibujantes muy diversos: con Alex Muñoz, el primero con el que saqué un cómic, con René Valiñas, con Agustín Ferrer, con Silvia Brujas. Todos ellos posteriormente fueron encontrando su sitio en la animación o en los videojuegos y me ayudaron mucho a crecer en esa primera etapa y a montar tantísimos proyectos… ¡de los cuales, la verdad es que ninguno llegó a ningún lado! (risas), pero el tener esa constancia, esa insistencia y empezar a entender cómo funciona el mercado y a qué puertas había que llamar y cómo era la manera de hacerlo me ayudó mucho y creo que esa fue la forma de arrancar…
S: Queríamos también preguntarte por las nominaciones a los Premios Carlos Giménez, ¿Cómo se siente uno al tener una obra con cinco nominaciones?
F. Ll: Pues la verdad es que es un impacto muy grande y una alegría también muy grande, porque cada año en España salen cien, ciento cincuenta o doscientas publicaciones de cómic, y que los profesionales del sector opinen que tu obra es una de las mejores del año, que además nos digan que he sido uno de los mejores guionistas del año, que Pablo es uno de los mejores autores revelación y que la portada es una de las más bonitas e interesantes, ¡es un alegrón!. Yo creo que eso ya es premio suficiente. De todos modos, ¡luego no nos hemos llevado nada! (risas). Ha sido un cero de cinco, pero realmente da igual, el tener o no tener una estatuilla con respecto a todo el reconocimiento de un sector que dice que has hecho una de las cinco mejores obras del año, pues es una maravilla.
S: En una entrevista que te hicieron, contabas que empezaste a escribir «El Espíritu del Escorpión» a raíz de encontrar una noticia buscando documentación para otra historia, ¿qué te motivó a escribirla?
F. Ll: Leí un artículo de Jasmina Tesanovic, una escritora y cineasta serbia. Me impactó mucho como contaba la vida de Dragan Dabic. Cuenta de una manera tan sencilla y a la vez tan fría y dura el impacto que sufrió toda esa sociedad al descubrir que entre ellos estaba caminando lentamente un gurú, un tipo que supuestamente venía a ayudar a la gente, a curarlos a todos y en realidad era un genocida, el responsable hacía poco más de una década de la muerte de 8.000 personas en la masacre de Sbrebenica y de 12.000 en Sarajevo. Para mí fue como: «¡guau! ¡tengo que hacer algo con esto!» y le estuve dando muchas vueltas, porque además no sabía desde qué punto de vista contar la historia. Cuando tu haces una historia, elegir el punto de vista yo creo que lo es todo, porque podríamos haber intentado contar diez años de guerra o diez años de «disfraz» de Dragan Dabic y realmente no contamos ni una cosa ni la otra. Contamos muy pocos días antes de la masacre y muy pocos días antes de la detención de Dragan Dabic incluyendo a un personaje ajeno, inventado y anónimo para que la gente fuese capaz de sentir lo que siente Jasmina cuando descubre lo que tiene delante.
S: ¿Cómo contactaste con Pablo para trabajar en el proyecto?
F. Ll: Pablo y yo nos conocimos a través de un grupo de Facebook que se llama La Cantera del Cómic y que precisamente se creó para poner en contacto a guionistas que buscan dibujantes, coloristas, rotulistas, a gente que quiere dar el salto profesional al mundo del cómic. Es un buen lugar de encuentro.
Colgué un anuncio buscando dibujante para esta historia. Empecé a ver portafolios de dibujantes y me encontré con el de Pablo. Directamente le escribí y empezamos a hablar sobre el tema. A él le gustó mucho la historia porque por su estilo tan expresionista, podía funcionar muy bien y nos pusimos al lío. Ayer justamente hablábamos Pablo y yo de que tardamos casi lo mismo en preparar un dossier para presentar a las editoriales, que en hacer el cómic completo, porque le dimos muchísimas vueltas a las primeras páginas hasta que armamos un dossier. Y lo que mismo que tardamos en colocarlo en la editorial Panini, tardamos en hacer las ciento cuarenta y cuatro páginas.
S: ¿De qué manera has contactado antes con otros dibujantes para otras obras?
F. Ll: (risas) ¡Pues creo que no me falta ninguna! He contactado con gente por twitter, por instagram, por Facebook, correo electrónico… Hace unos años cuando empezaba a preparar proyectos para cómic con diversos dibujantes, hacia 2001, no estaba muy metido todavía en redes y creo que nadie estaba tan metido todavía como se esta ahora. Tiraba mucho de foros como dibujando.net, subcultura, que era una comunidad de creadores de cómics. Ponía muchos anuncios y también respondía muchos otros de «Se busca guionista para cómic…», así fui poco a poco conociendo gente. También en muchos salones, me acercaba a la zona de las entrevistas profesionales como la que han montado este año en esta edición: miraba la lista de dibujantes que habían sido seleccionados para las entrevistas y me ponía en contacto con ellos por diferentes medios.
S: ¿Hay algún dibujante en especial con el que te gustaría trabajar? ¿Algún artista Fetiche?
F. Ll: ¡Guau! (risas) ¡muchos! Más que trabajar con ellos, sí poder sacar cosas juntos. Me gustaría mucho sacar algo con Agustín Ferrer, que hizo Arde Cuba (Grafito Editorial, 2017) y Cazador de Sonrisas (Grafito Editorial, 2017). También me gustaría trabajar con Ertito Montana. Hay un montón de gente con la que me gustaría trabajar. Hacer una lista sería complicado.
S: ¿Cómo es el proceso de escribir un cómic? ¿Cómo nace tu blog escribiendo cómics?
F. Ll: El blog lo montamos precisamente por eso. Cuando empezaba a escribir y buscaba información sobre cómo se escribe un cómic o qué tengo que hacer para vender un dossier o para buscar un dibujante, no encontraba nada o encontraba material de los años setenta o me encontraba batiburrillos mezclados, que luego yo mismo tenía que ordenar para darle cierto sentido y entonces dijimos: «si no lo ha hecho nadie, ¡lo vamos a hacer nosotros» (risas).
S: Cambiando un poco de tema, háblanos sobre ti. Te dedicas también a la docencia. ¿Cómo llevas compaginar el trabajo de guionista con otras actividades?
F Ll: Pues tengo la suerte de que mi trabajo como docente es en O Garaxe Hermético, una escuela profesional de cómic e ilustración, la única que hay en Galicia, dirigida por Kiko Da Silva y eso me permite que toda mi actividad profesional tenga que ver con el cómic. Tanto para hacerlo como para formar a gente que quiere hacer cómic. Y eso es una suerte muy grande que puedo disfrutar desde enero de 2017, que es cuando empecé a dar clase en la escuela y dejé prácticamente de hacer cualquier otro tipo de actividad. Antes también daba cursos en un cineclub de escritura de guión cinematográfico, que también tenía que ver con el guión de cómic pero no era específicamente cómic. Y ahora me siento muy afortunado de decir que toda mi actividad profesional, todos mis ingresos, todo lo que manejo y toda mi vida gira en torno al cómic. Y bueno, es complicado decir esto en este país. Conozco muchos autores que tienen que hacer su curro de 8 horas en fábricas, en tiendas o siendo funcionarios y luego además haciendo cómic. Yo en ese aspecto me siento un privilegiado.
Santi Cortizo Docampo.