« Tú que aquí entras, presta atención y dime si tantas
maravillas son el producto del engaño o bien del arte»
Jardines de Bomarzo
Bomarzo se presenta en el Teatro Real, dentro del marco de su bicentenario. Con Alberto Ginastera, dirección musical de David Afkham (director principal del Coro y Orquesta Nacionales de España), dirección de escena de Pierre Audi (que en el Teatro Real dirigió La conquista de México, de Wolfgang Rihm) y escenografía de Urs Schönebaum, se representa entre el 24 de abril y el 7 de mayo.
Se ofrecerán 5 funciones (24 y 28 de abril, 2, 5 y 7 de mayo), en una nueva producción conjunta del Teatro Real y la Ópera de Ámsterdam.
Imágenes: bocetos de Urs Schönebaum para la escenografía de la ópera Bomarzo. Un decorado claustrofóbico e irreal, casi lunar que transmite la tenebrosa atmósfera narrativa, acompañados de luces y proyecciones.
Bomarzo se basa en la novela homónima de Manuel Mujica Lainez, inspirada en las impresionantes esculturas del Parque de los Monstruos, un Sacro Bosco al norte de Roma, realizadas en el siglo XVI para expurgar el dolor por la muerte de la mujer del duque, proyectado por los arquitectos manieristas Piero Ligorio y Jacopo Vignola. Las piedras del Jardín de Bomarzo, serían el verdadero acceso a la inmortalidad de Pier Francisco Orsini, «monstruo angelical, contrahecho y cínico», aquejado de deformidad gibosa y cojera, atormentado por ella y obsesionado por la eternidad. Lo misterioso de esas esculturas fusionadas con la naturaleza a lo largo del tiempo, entre arroyos y parterres, evocando seres míticos y fantásticos, maravilló a personajes de la cultura como Dalí, Cocteau, Bretón, Antonioni, Visconti o el propio Mújica, quien llegó a plasmarlo en la novela en la que se basará el libreto de esta ópera.
Imágenes de Bomarzo, realizadas por Javier del Real.
La ópera es un vertiginoso viaje al pasado cuando, en el paroxismo de la muerte, un duque jorobado, atormentado por la deformidad física y con múltiples obsesiones, repasa su vida corrupta y libertina en el seno de la nobleza italiana del Cinquecento. En la escenografía, se abandona la imagen típica de los referentes escultóricos para centrarse en un retrato más íntimo y atormentado de la psicología del protagonista en una suerte de ensoñación de pintoresco paisaje interior.
La obra se estrenó en Washington en 1967, siendo posteriormente prohibida en Argentina, poniendo de manifiesto el desconocimiento de los censores sobre dicha obra, lo cual fue causa de chirigota en la calle y medios de comunicación. Un innecesario escándalo, a poco que se conozca la obra. Se le acusaba de ser una «celebración del placer», cuando es precisamente lo contrario, una reflexión sobre la culpa que inspira el placer y su represión. La última representación escénica de Bomarzo en Europa tuvo lugar en 1976 en Londres, con lo cual la ópera no se ha escenificado en un teatro europeo desde hace más de 40 años. Incluirla en el programa del Teatro Real significa ser reivindicada por sí misma, por la importancia que supuso en la historia de la ópera hispanoamericana.
El viernes 5 de mayo, a las 20 horas, el Teatro Real retransmitirá esta ópera, en directo y gratuitamente, en Palco Digital y The Opera Platform, arrancando la celebración de los Días Europeos de la Ópera y permanecerá gratuitamente durante un mes en dicho Palco Digital. Igualmente se retransmitirá en diferido en Radio Clásica de RNE y emisoras de radio europeas a través de la UER.
Imágenes de la opera, realizadas por Javier del Real.
Se podrá disfrutar paralelamente de una serie de actividades, que se pueden consultar en la web del Teatro Real, entre ellas, la exposición «Bomarzo: donde los monstruos no mueren», visitable en la Biblioteca Nacional hasta el 26 de junio, así como una muestra disponible en la séptima planta del Teatro Real, titulada «Manuel Mújica Laínez y Bomarzo».
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Vista: las esculturas del jardín de Bomarzo
Oído: la melodía que entona el joven pastor: “No me cambio por el duque de Bomarzo…”
Gusto: el de pócimas mágicas
Tacto: la caricia ansiada
Olfato: muerte