El porvenir
Año: 2016
Duración: 100 min.
País: Francia
Director: Mia Hansen-Løve
Guion: Mia Hansen-Løve
Pretensión aburrida
Mia Hansen-Løve siempre propone películas en apariencia atractivas en cuanto a la trama se refiere. Otro asunto es el resultado final de las mismas. En pocas ocasiones conserva el interés inicial. El porvenir se queda a mitad de camino de algún lugar palpable.
El estereotipo es el rasgo más común que posee la cinta. No se profundiza en el aspecto interior de esa transformación que experimenta el personaje principal, interpretado por una siempre magnética Isabelle Huppert. Pese a su batalla titánica, no parece ser más que una persona que se deja arrastrar por las cargas que arrastra, ya sean familiares o íntimas. Qué lástima no haber sacado partido a esa hondura actoral tan comprometida.
Por otro lado, la profesión de su personaje −profesora de Filosofía− se ha desaprovechado y no ha servido como mecanismo para indagar en esa encrucijada vital. Las acciones están continuamente enunciadas y no van más allá. La relación intelectual establecida con su antiguo alumno apenas aporta nada, ni tampoco lo hace su labor de dirección de una prestigiosa colección de libros filosóficos. Se pierde una dimensión que era necesaria para demostrar que los personajes sienten algo más allá de la apatía.
Dada la situación que plantea, con un sutil giro que Hansen-Løve hubiese realizado en busca de un compromiso real con el estado emocional de la profesora todo habría renacido para conseguir algo. El enfoque es sencillo, pero la realidad del asunto no lo es. Nadie parece sentir nada, no importa lo que sucede. Personajes que se mueven casi por inercia.
Un simple vistazo a Otra mujer (1988) de Woody Allen podría haber resultado ilustrativo. Hay un paralelismo grande entre ambas protagonistas, pero Hansen-Løve no quiere investigar más. Se refugia en la no interrogación íntima para dar como buena cualquier solución que no implique reflexión. ¿Qué tipo de vida vivía entonces la heroína de la historia?
El porvenir acaba aburriendo porque el guion parece abandonar a sus personajes a mejor suerte.
Gusto: Aceite
Imagen: Puro con humo
Olor:El del pepino de la huerta
Sonido: Laura de Parker
Tacto: Sal gorda
IVÁN CERDÁN BERMÚDEZ