William Burroughs – Manual Revisado del Boy Scout
Conocimos a William S. Burroughs en 1971 en su piso de la calle Duke, en Saint James, Londres. Nos habíamos encontrado hacía poco con su dirección de correo en el «megazine» [sic] FILE. Él estaba pidiendo que la gente le mandara «CAMUFLAJE PARA 1984» desde las Páginas Amarillas de FILE, que editaba y recopilaba el Westerm Front de Vancouver. Sinceramente, no nos terminamos de creer que alguien tan famoso como Burroughs hiciera pública su dirección, pero pensamos: «por qué no?», y le escribimos una carta un poco tocapelotas acusándolos a él, a Kerouac y a Ginsberg de fingir que me conocían y de ur dehando caer mi nombre por fiestas y cartas para «intentar parecer molones y sacar provecho de MI credibilidad».
Para mi sorpresa, unos diez días más tarde me echaron una postal por el buzón de la puerta de mi casa de Price Street, junto a Dagger Lane, en Hull, escrita por Burroughs EN PERSONA. En ella había escritas a mano las líneas: «…Si alguna vez estás en Londres, llama a este número y ven a verme. Te pago la carrera del taxi».
Así empieza el Manual Revisado del Boy Scout, editado por la Felguera Editores, la transcripción de tan sólo una de las cintas que grabó Burroughs con el material de esta obra, siguiendo su máxima «la palabra fue en otros tiempos un virus asesino».
¿Cómo se presenta el método para extender el virus?
Acudimos a la presentación de la obra, que como siempre, estuvo a la altura de las convocatorias de La Felguera.
Las instrucciones era claras. El lugar: escuela de boxeo La Fábrika. La hora: las 19.00 de la tarde de un frío sábado. Seguimos el camino de frases inspiradoras desde el metro y por fin llegamos al lugar señalado, donde tres púgiles (Alejo Alberdi, Frank G. Rubio y Servando Rocha) nos esperaban en un ring de palabras para hablar de filias y fobias de WSB, obra e ideas, anécdotas y el proceso de edición del volumen.
¿Pero qué decir de la obra presentada? Uno de nuestros agentes nos cuenta su experiencia tras entrar en contacto con el virus de la palabra:
Aquella mañana me desperté de buen humor. La luz del Sol entraba por la ventana e inundaba la habitación. Sobre una silla reposaba bien doblado el uniforme, el pañuelo, mi banda con las insignias, mi gorra.
(prólogo de Genesis Breyer P-Orridge)
Me levanté de un salto y corrí a vestirme. Iba repasando mentalmente cada uno de mis movimientos: la camisa bien metida por dentro del pantalón, la gorra ladeada lo justo, el pañuelo bien anudado al cuello.
Comprobé el interior de mi mochila. Allí tenía todo lo necesario para el buen boy scout: mi pistola de goma elástica, el inyector de cianuro, todo el material para hacer una bomba química, mi pistola de infrasonidos, mi lista de asesinatos y mis cintas de casete. Como bien dice el lema scout: “Siempre listo”.
El Manual Revisado del Boy Scout es uno de los trabajos más míticos y controvertidos de William S. Burroughs. Se trata de un ensayo que fue escrito al mismo tiempo que su obra Los chicos salvajes (1971), y que sirve como guía para derrocar a un sistema corrupto y anticuado a través de la violencia. En ella se exponen todos los pasos para entrar en acción en un despiadado llamamiento a la revolución. Algo que, en la actualidad, puede sonar aterrador y necesario a partes iguales.
Esta edición de La Felguera viene prologada por Genesis P-Orridge con un texto que nos pone en antecedentes de la relación entre ambos, sus charlas, y la existencia del libro que nos ocupa en un grabaciones de viva voz de Burroughs en un montón de cintas magnetofónicas.
Manual Revisado del Boy Scout, al contrario que otros textos de Burroughs, va directo al grano y supura cinismo, visceralidad y humor negro. En una de las solapas interiores del libro, los editores de La Felguera ya advierten que este libro puede ser leído como “un auténtico manual terrorista” o como “una fantástica comedia”. No olvidemos que Burroughs creía firmemente en el poder y la magia de las palabras, así que… tú eliges. ¡A TOMAR POR CULO LA REINA!
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Imagen: La ilustración de la portada del libro, obra del gran Mario Rivière. Una maravilla. Y cassetes grabados…
Tacto: La tela de mi pañuelo de boy scout.
Olfato: El olor a pólvora.
Gusto: Metálico. A sangre, por supuesto.
Sonido: La gente gritando ¡A tomar por culo la reina!. El monólogo de los cassetes…
Agente D. + Agente B