
¿Existe literatura femenina y literatura masculina? Para mí no. Evidentemente, hay literatura escrita por mujeres y por hombres, pero no creo que deban diferenciarse. En un artículo anterior al destacar libros que habían llamado mi atención en los últimos dos años no había autora alguna. El motivo era simplemente que no había coincidido con ningún título que me hubiese cautivado, pero eso no significaba que no leyese a escritoras. Siguiendo con la premisa de la falta de tiempo, me gustaría recomendar a una serie de escritoras que a todas luces merecen ser leídas.
- María Martín Serrano
Sin duda alguna la poetisa más determinante de la actualidad. Su estilo directo, abrasivo, hiriente, sentido y vivo es un fiel reflejo de las diferentes etapas vitales que recorre una persona. Su forma de tratar la intimidad, el afecto, la lejanía, el adiós y el amor encierra un gran talento. Su debut en largo es Trilogía del desorden publicado en Inventa editores.
- Agota Kristof
Las heridas sin cicatriz conforman toda la narrativa de una autora tan versátil como medida. Todos sus libros son igual de potentes, Claus y Lucas, Ayer, La analfabeta… Agota es un mundo para explorar eternamente.
- Cristina Morales
El arrojo de Cristina Morales queda patente en cualquier escrito suyo publicado. Su primera novela tiene un comienzo directo y fuerte. Los combatientes es una especie de baúl donde tienen cabida diversos momentos de la vida de esa actriz que escribe llamada Cristina Morales. Los capítulos son un tanto irregulares y no todos poseen la misma fuerza, pero sí elementos notables. Escritora a seguir.
- Ángela Medina
Su primera novela, Pañales y cerveza fue un interesante descubrimiento. Novela que no esconde llamar a las cosas por su nombre. Fresca, cruda, directa y divertida.
- Odette Elina
Su libro Sin flores ni coronas es brutal, desafiante, original. Pese a su pequeña extensión –son 136 páginas, con un formato muy reducido– está repleto de toda la artillería de dolor y realismo imaginable. Una aproximación muy diferente a lo establecido hasta el momento en lo que a campos de concentración se refiere. Imprescindible.
- Elfriede Jelinek
De Jelinek basta decir que hay que leer todo y mejor aún, releerlo. Junto con Agota Kristof son las dos autoras más peculiares que he leído.
- Jenny Offill
Su escritura engatusa al lector. Departamento de especulaciones embruja a pesar del empleo de temas ya demasiado manidos, pero lo atrayente es el método en sí mismo. Offill es capaz de componer una sinfonía de la rutina con matices poco comunes.
- Leslie Jamison
Escritora a tener en cuenta por toda esa valentía y talento. Su libro/ensayo El anzuelo del diablo está muy por encima de su debut El armario de la ginebra. Gran escritora.
- Angélica Lidell
No toda su producción es igual de regular. Siempre interesa leerla porque pone contra las cuerdas al lector / espectador. Recomendaría dos textos: El matrimonio Palavrakis y Mi relación con la comida. Textos honestos, descarnados e hirientes. La autora no busca florituras, ni pretende quedar bien o guardar respeto. Jamás se busca poesía en la denuncia que los personajes transmiten con entereza.
Sí, hay más autoras, pero hoy destaco estas. Podría haber incluido a Pilar Adón, Joan Didion, Alice B. Toklas… quizá más adelante.
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Gusto: galleta
Imagen: uña
Olor: el de ayer
Sonido: brasas de chimenea
Tacto: el de una tiza
IVÁN CERDÁN BERMÚDEZ.